11 may 2013

Los estereotipos de la ketchup, la crema dental y el jamón

¿Alguna vez se han preguntado si nuestro consumo responde a patrones inculcados por la publicidad?; ¿Nunca se han cuestionado el por qué al aplicar la ketchup sobre una hamburguesa o un perro caliente, lo hacemos con una sinuosa forma circular o zigzagueante? o en otro caso muy distinto, ¿por qué al cepillarnos los dientes nos esforzamos en que la pasta dental caiga perfectamente como un cilindro acostado en la cabeza del cepillo?

Sea cual fuese su respuesta, la razón siempre será "para vender más $$$". Pero realmente no estoy cuestionando la naturaleza la publicidad, ni tampoco el del marketing estratégico, ya que como profesional en el área, uno de los objetivos fundamentales es generar más y más demanda, ¿cómo? ¡incentivando al consumo! Pues, una de las tantas formas, es modificando los hábitos de consumo del individuo, que más allá del ejemplo de la pasta dental o de la ketchup, las imágenes publicitarias imponen ciertos estereotipos en la población, generando una irracionalidad tremenda del consumo bajo una imagen-patrón que hoy en día ha distorsionado el hábito del individuo, trayendo como consecuencia que las piezas publicitarias no se vean tan reales en tiempo de crisis, generando la desconfianza del consumidor (ya bastante agobiado por el bombardeo publicitario) y aburriéndolo con las mismas imágenes que dejan de verse naturales, algo sobre-actuado y muy elaborado. Al final, un mensaje gráfico no del todo creíble.

¿Qué tan identificados nos sentimos al ver las siguientes imágenes?



 

Si bien consumimos de forma banal o por necesidades intrínsecas de nuestra existencia, en mi opinión el marketing como pilar estratégico está enfrentando una terrible encrucijada comunicacional. ¿El problema? es que NO hemos logrado mostrar, evidenciar o mejor dicho; hacer ver, a los estereotipos de consumo de una forma más creíble y humana para lograr enganchar al consumidor que se niega a ser un copycat* de las masas.

El gran reto que deben afrontar los publicistas y profesionales del marketing es el romper con los típicos paradigmas del consumo, lo que equivaldría radicalmente a aceptar los siguientes tres puntos:

  1. El producto no es perfecto, la imperfección es parte de él.
  2. El  consumidor no es estúpido, subestimarlo es más estúpido aún.
  3. El mercado tiende a la empatía (bi-direccionalidad), NO a la desatención.

Teniendo en cuenta los principales paradigmas que debemos afrontar (tanto como profesionales como consumidores que somos), de seguro en el día a día seremos testigos de cómo, cuándo y dónde nos habituamos a consumir un producto X, siendo los estereotipos de consumo una consecución de aprendizajes en nuestra gran biblioteca mental, o en sí, veremos conductas innatas que en muchos de los casos estarán atados a una desbordada irracionalidad o al motu proprio de cada individuo.

Para finalizar, este artículo no es el anti-marketing puro, es más bien la inconformidad con lo estereotipos de consumo establecidos y su miope interlocutor, la publicidad.

* una persona que se copia todo. ejemplos: maneras de vestir, hablar, o hacer algo.

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